sábado, 17 de noviembre de 2012

Evangelio según San Marcos 13,24-32:

En ese tiempo, después de esta tribulación, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán. 

Y se verá al Hijo del hombre venir sobre las nubes, lleno de poder y de gloria. 

Y él enviará a los ángeles para que congreguen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte. 

Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. 


Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la puerta. 

Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto. 

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. 

En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre.